A pesar de su ilustre historia, el Santos de Cartier es una pieza excepcional. Este reloj de acero inoxidable destaca por su esfera opalina plateada, sus agujas espada azuladas y su caja cepillada verticalmente, complementada por su bisel pulido y sus bordes biselados.
El reloj es mucho más grande que sus antecesores, ya que mide 40 mm, lo que lo sitúa dentro de las especificaciones de tamaño modernas. Este reloj mecánico está impulsado por el calibre 1847 MC de Cartier, un movimiento automático con 42 horas de autonomía y 23 rubíes, y una frecuencia de 28.800 vph, muy sólida.
Muy legible con sus números romanos y su ventana de fecha a las seis, el Santos de Cartier es un digno rival de relojes como el Rolex Datejust. Más de un siglo después, el Santos se siente relevante, sofisticado y, sobre todo, atemporal.