Los 70s: Disco, drogas y relojes inmortales
Entre música disco, autos enormes, y nuevas drogas que prometían abrir tu mente, la industria relojera suiza logró su última gran explosión creativa antes de enfrentar su guerra más fatal, la guerra revolucionaria del cuarzo, que los dejaría postrados, al borde de la extinción, por casi 2 décadas.
Si alguien quiere sentirse realmente viejo, basta con detenerse a pensar que ya se cumplieron 50 años desde la llegada de la década mas “groovy” de todas, los psicodélicos años 70. Así es, entre música disco, autos enormes, y nuevas drogas que prometían abrir tu mente, la industria relojera suiza logró su última gran explosión creativa antes de enfrentar su guerra más fatal, la guerra revolucionaria del cuarzo, que los dejaría postrados, al borde de la extinción, por casi 2 décadas.
Como la moda es cíclica, y lo que en el pasado nos parecía horroroso hoy vuelve a ser cool, muchos nuevos y antiguos coleccionistas se han dado cuenta que la década de los 70 entregó algunos de los mejores diseños de reloj de la historia, y que muchos de los modelos que lograron el éxito en esa época, hoy en día siguen estando en producción, y en algunos casos, viven su máximo apogeo.
Liderados por la figura mítica de Gérald Genta, los diseñadores de la época no escatimaron en creatividad y desparpajo, lanzando relojes con formas cada vez mas extrañas, empapados de fuertes colores, aprovechando al máximo los avances tecnológicos de la era, que en gran parte sería la última era donde realmente vimos avances técnicos significativos en la tecnología de movimientos mecánicos para relojes. Cronógrafos automáticos, revestimientos PVD, pantallas digitales, y muchas otras tecnologías que hoy damos por hecho fueron ideadas en los 70 y utilizadas como parte fundamental del diseño de los nuevos relojes de la era.
Recién 50 años después, revisando los catálogos actuales de algunas de las marcas mas deseadas por nosotros coleccionistas, y en medio de una fiebre imparable por parte de los fabricantes de regurgitar diseños antiguos y recrearlos para el siglo 21, es que nos damos cuenta que gran parte de lo que hoy conocemos como relojes icónicos nacieron justo en medio de aquellos locos 70. Si bien no todos fueron un gran éxito comercial al momento de su nacimiento, el péndulo de la moda ha hecho que hoy en día estén viviendo el peak de su deseabilidad y generando verdaderas burbujas inflacionarias en torno a su valor, alimentados por Instagram, TikTok, YouTube y otros medios que han sacado el coleccionismo desde las oscuras profundidades de los foros de nerds y lo han puesto en primera plana, en las muñecas de raperos de moda, deportistas famosos, o influencers que no sabemos por qué son influencers. Todos peleando por obtener el último reloj deportivo de moda que les asegure el máximo de “likes”. ¿Sabrán ellos quién es Genta?¿Conocerán a Steve McQueen?¿Les importará que Santos Dumont usó un reloj Cartier en los primeros vuelos del siglo XX?
En esta breve lista queremos destacar una selección de modelos inmortales, nuestros favoritos de la década, nacidos entre 1969 y 1979, pero que han trascendido el paso del tiempo y luego de medio siglo se siguen reinventando para enamorar a una nueva generación de coleccionistas.
Los hijos pródigos de Gérald
Dibujado por Gérald Genta al reverso de una servilleta en una sola noche de trabajo, nadie pensó que el inusual diseño del Royal Oak tendría éxito cuando se lanzó en 1972. Un reloj deportivo, de acero, con el precio de un reloj de oro, parecía descabellado en ese tiempo. Realmente un adelantado a su época, pero poco a poco el público fue comprendiendo el concepto y enganchando con la forma del bisel hexagonal y el brazalete integrado, que más que un reloj, parecía una joya para el hombre moderno.
50 años después, Audemars Piguet existe, y triunfa, casi exclusivamente gracias a esa genialidad de Genta. Poco tardaron en darse cuenta en Patek del giro que estaba tomando el mercado hacia relojes menos formales, y solo 4 años después del lanzamiento del Royal Oak lanzaron su propio deportivo de brazalete integrado, donde también reclutaron los servicios de Gérald Genta. Se llamó Nautilus, fue lanzado en 1976, estaba inspirado por las ventanas de los submarinos y hecho completamente de acero (una locura para Patek en esa época, aunque después vendrían versiones de oro también).
Durante décadas se mantuvo con relativo éxito en el catálogo de la marca, rodeado de relojes de vestir, casi todos en oro, con increíbles complicaciones. Parecía no encajar del todo en el universo Patek, pero en la última década empezó a encontrar su ritmo, hasta que llegó 2016 y su valor empezó a explotar. Al igual que el Royal Oak, impulsados por su visibilidad en la cultura pop a través de redes sociales, los valores de estos 2 clásicos han llegado a valores exorbitantes y francamente preocupantes.
Hoy por hoy, un Nautilus con un precio retail de 30.000 dólares, se transa en el mercado secundario por montos superiores a 90.000. Una situación similar, aunque en menor medida, vemos con las versiones más buscadas del Royal Oak. Un verdadero frenesí en el que todos buscan un lugar en las eternas listas de espera y están dispuestos a hacer lo que sea para conseguir cualquiera de estos 2 nuevos íconos de la cultura pop. Nada mal para un par de abuelitos que nacieron hace 5 décadas y que no ha sufrido grandes cambios a lo largo de los años. Un verdadero testamento al genio de Genta, y la mejor prueba de que el paso del tiempo puede ser el mejor antídoto para algunos que no lograron triunfar la primera vez.
Renace el primero
Muchos ya saben la historia del Cartier Santos Dumont original, siendo el primer reloj de pulsera producido por la casa parisina y hecho para el gran aviador brasilero del mismo nombre. Luego de décadas en el catálogo de la marca, al cierre de los 70 Cartier decide renovar el Santos Dumont clásico y lanza el Santos de Cartier, un modelo completamente nuevo en alma y cuerpo, que trajo una serie de novedades que hasta el día de hoy llaman la atención. Se trató del primer Cartier en incorporar el acero como material, lanzando en esa época lo que sería la moda de los relojes de acero y oro.
Incorporó una caja mas grande para hacerle frente a los otros deportivos de la época, con un brazalete integrado que mostraba a la vista la cabeza de los tornillos de oro, recordando el fuselaje de un avión. Con el paso del tiempo del tiempo, se transformó en el reloj modelo de los excesivos años 80, apareciendo en la muñeca de los personajes mas celebrados de la década, y se mantuvo en catálogo hasta 2016, cuando Cartier decidió dejarlo descansar antes de lo que sería su resurrección. El Santos que tenemos hoy, lanzado en 2018, es en gran parte el sucesor espiritual del modelo de los 70, manteniendo todas las claves estéticas que lo hicieron famoso, pero agregando avances tecnológicos tales como movimientos de manufactura de última generación y sistemas de brazaletes intercambiables que no necesitan de herramientas.
De los pocos relojes que lucen tan bien en tamaño pequeño como XL, el Santos es el mejor ejemplo de la genialidad de Cartier para destilar la esencia del buen diseño, para entregar formas únicas e innovadoras en su momento, clásicas y modernas a la vez, que cuando las vemos por primera vez da la impresión de que han existido desde siempre.
La joya de Italia
Pareciera imposible hablar de íconos de los 70 sin tener que mencionar a Gérald Genta. Así es, porque luego del éxito obtenido con el Royal Oak y el Nautilus, el bueno de Gérald se fue a Roma para diseñar lo que sería el reloj más famoso de la casa joyera Bvlgari y que hoy vive un segundo momento de gloria gracias el éxito reciente del Octo Finissimo. Pero antes de este hit, en 1977, Bvlgari lanzó un modelo extrañamente llamado Bvlgari Bvlgari, en el que Genta decidió adornar el bisel completamente con un texto grabado, repitiendo el nombre de la marca, algo completamente rompedor en ese tiempo e incluso hoy. El modelo se transformó en el reloj favorito de los fashionistas de la época, siendo adoptado por hombres y mujeres por igual, y logrando sostener la colección completa de relojes Bvlgari durante décadas hasta la llegada del Octo, que ha tomado la posta y parte de la carga hoy.
Aún así, el Bvlgari Bvlgari está grabado en nuestra memoria y muy vigente en 2021, donde la moda de antaño ha vuelto a brillar. Su ultima versión es el modelo de aluminio en colaboración con el Mega DJ Steve Aoki, que incorpora el logo de Aoki en una esfera completamente luminiscente, amarrando lo clásico con lo ultramoderno, algo que Bvlgari sabe hacer muy bien, y conquistando a nuevos coleccionistas de esta generación, que están recién descubriendo el rico universo de esta marca italiana. Aluminio, luces, y el doble logo diseñado por Genta se unen para probar nuevamente que esta leyenda está mas vigente que nunca.
Herramientas de verdad
Si nos transportamos 50 años atrás aterrizaremos en una época donde no teníamos teléfonos celulares para ver la hora y conocer el clima de mañana, no existían los computadores de buceo para controlar nuestros descensos, ni contábamos con instrumentos digitales ultra exactos para medir intervalos de tiempo con alta precisión. Aún así, los pilotos de carrera, los buzos comerciales, y los soldados de la época contaban con las herramientas necesarias para hacer su trabajo. Dentro de estas herramientas se encontraban sus relojes. Relojes que eran parte esencial del equipamiento, que podrían marcar la diferencia entre el éxito y la muerte, y que generalmente se usaban durante toda una vida, siendo compañeros de aventura inseparables.
Esa relación utilitaria íntima con estos artefactos se ha perdido con el correr del tiempo, siendo ahora nuestros relojes una joya, equipada con tecnología obsoleta, que nos invita a imaginar como eran esos tiempos, pero que en realidad no utilizaríamos jamás para tareas de alto riesgo. Para eso tenemos instrumentos digitales mucho más avanzados y menos delicados. Para nosotros, los 60 y 70 fueron la época dorada de los relojes herramienta, creados para cumplir funciones especificas, donde el diseño siempre estuvo dictado por la funcionalidad, y que entregó algunos de los relojes mas bellos de la historia. Entre estos, destacamos estas 3 leyendas:
Rolex Explorer II “Freccione”
Luego del éxito del Explorer I en la conquista del Everest, Rolex lanzó un nuevo modelo, llamado Explorer II, diseñado para exploradores de cuevas y de los polos, donde el foco estaba puesto en poder saber, en lugares oscuros o de difícil orientación, si era de noche o de día. Así, el nuevo Explorer incorporó una segunda aguja horaria y el ahora famoso bisel de 24 horas. Esta aguja ejecutada en un color naranja estridente se ha transformado en un ícono en si mismo, siendo replicada hasta el día de hoy en los nuevos Explorers. La funcionalidad de 24 horas también está más vigente que nunca, presente en la muñeca de viajeros internacionales y jet setters.
Si bien el reloj tenía un uso muy específico, el correr de los años ha hecho que este foco tan estrecho en su diseño se transforme en su principal fortaleza, siendo considerado por muchos la cúspide de los relojes deportivos de Rolex, uno de los últimos modelos antes de la transformación de Rolex desde herramientas para profesionales a objetos de lujo para demostrar éxito financiero y movilidad social.
Seiko 6105
Si bien Japón en general, y Seiko en particular, fueron los grandes causantes del declive de la industria relojera suiza en los 70 y 80, la marca japonesa fue la que mas sufrió luego de la recuperación de la industria y la consolidación del reloj de pulsera como un objeto de lujo. Antes, como ahora, Seiko estuvo siempre enfocado en crear relojes confiables, precisos, y robustos, al menor costo posible. Nunca pensó en el reloj como un objeto de lujo, sino una herramienta para distintos tipos de profesionales. En esa búsqueda implacable de la perfección técnica, Seiko fue uno de los pioneros de los relojes para la incipiente práctica de buceo que nacía en los años 50, y en 1968 lanzó lo que para muchos fue la cima de ese desarrollo creativo de mas de 20 años, el Seiko 6105.
Conocido popularmente como “Willard” por su aparición en la muñeca de Martin Sheen en Apocalypse Now, el 6105 se distinguía por ser un reloj de buceo técnico con un diseño asimétrico nunca antes visto, con caja en forma de tortuga y una prominente corona firmada a las 4. Su precio accesible y calidad indestructible lo transformó en el favorito de los soldados americanos durante Vietnam, para luego volver en sus muñecas en EEUU al terminar la guerra. Un adelantado de su época, ha sido inspiración para varias generaciones de nuevos Seiko de buceo, que a su vez han sido la primera puerta en el camino del coleccionismo para muchos de nosotros.
Hoy en día, Seiko sigue celebrando el legado de este modelo, ofreciendo variantes modernas que van desde réplicas exactas hasta modelos que siguen una línea estética similar pero con características técnicas y líneas modernas. Como sea, el “Willard” vive una segunda juventud de la mano de una marca como Seiko que hoy es mas global que nunca, y que sin duda entiende el poder de un diseño tan legendario y que traspasa generaciones como este.
Heuer Monaco
Hace unos años vivimos una nueva versión del GP de Montecarlo, la fecha más esperada cada año del calendario de la F1. Nos alegró mucho ver a lo largo de la pista, la presencia de TAG Heuer celebrando el lanzamiento de un nuevo Heuer Monaco, esta vez en titanio. Y si miramos este lanzamiento, en pleno 2021, nos daremos cuenta de que es esencialmente igual a lo que hubiéramos visto en el lanzamiento de 1969, cuando el Heuer Monaco debutaba como el primer cronógrafo automático del mundo.
Jack Heuer trajo al mundo un cronógrafo específicamente diseñado para los circuitos de carrera, enlistando a varios pilotos de F1 de la época como embajadores y fanáticos de la marca, y que, a diferencia de hoy, utilizaban el reloj mientras competían. Aun así, ni la F1 ni su look cuadrado tan particular han hecho por el Monaco lo que hizo Steve McQueen. El “King of Cool”, en el peak de su fama, transformó al reloj en protagonista de su película Le Mans, un clásico de las películas de carreras de todos los tiempos. Hasta el día de hoy, cuando pensamos en un Monaco pensamos en Steve McQueen en esa película.
Mas allá del éxito cinematográfico, el Monaco representa toda la audacia del diseño de esa época: una caja completamente cuadrada, nunca antes vista, alojando el movimiento más avanzado tecnológicamente que se conociera hasta ese momento. Si a esto le agregamos la esfera azul con tiques de rojo y la tipografía clásica de la época, tenemos un look tan único y especial que sin duda hubiera trascendido el paso de los años aun sin McQueen. No es de extrañar que hoy sea parte fundamental de la colección de TAG Heuer y generalmente el único modelo actual de la marca que genera real interés de parte de los coleccionistas más experimentados. Heuer en su máximo esplendor.